Este término se utiliza muchas veces en marketing digital para referirse al coste de un servicio en función a cada lead o prospecto que se generó. CPL o Cost Per Lead es uno de esos modelos de publicidad que buscan resguardar las garantías y hacer valer mejor la inversión.
También suele utilizarse para nombrar un porcentaje de ventas, cuyo cálculo refleja el valor de cada conversión, por lo que las empresas pueden utilizarlo para establecer un promedio del coste final de sus campañas.
Su principal ventaja es que no es necesario pagar por la aparición de un anuncio en diferentes recursos de Internet. Tampoco es necesario pagar por las impresiones o por la cantidad de personas que hayan visto la publicidad.
¿Qué es un lead?
Es importante tener en claro qué es un prospecto para entender el término por completo. Se trata de un usuario que se ha interesado en lo que propone el anuncio, por lo procede a realizar alguna acción. Bien puede ser registrarse en el sitio web, seguir los perfiles en redes sociales, suscribirse a una newsletter, etc.
Cada vez que un usuario se convierte, la empresa tiene más probabilidades de hacer una venta. Por eso este tipo de publicidad digital tiene tanta popularidad, ya que incrementan las posibilidades de hacer valer la inversión, aunque no garantiza que las ventas se lleven a cabo.
La importancia del CPL en el marketing de afiliados
En marketing de afiliados es muy común ver este tipo de negocio: una empresa vende los productos de otra, su comisión se basa en el número de ventas que realizó, pero en este caso, será en el número de personas que atrajo.
Aunque no genere ganancias sigue siendo un porcentaje de valor, ya que nutre una base de datos, que puede ser utilizada en futuras campañas publicitarias cada vez más efectivas.